Principios creativos para transitar tiempos de cambio
¿Qué sucede en los tiempos de cambio? Duda, incomodidad, desconocimiento, ansiedad. Pero también crecimiento, cambio, descubrimiento. Eso se llama Creatividad liminal.
I. LLUVIA & ESCRITURA
Es domingo y llueve en Medellín. Cuando llueve siento algo familiar. He amado la lluvia en muchos lugares del mundo. En aquella isla en la que viví durante nueves meses en Tailandia, en Londres donde me decían que odiaría el clima y no hubo un solo día que lo hiciera, en el Chocó colombiano donde hay una fábrica de nubes que brotan de la selva, en Sevilla aunque llueva dos veces al año, en Medellín; donde nací y llueve todas las semanas -aunque sea un ratito- especialmente por las noches y se siente como si el cielo limpiara la ciudad tras haber sido usada todo el día.
Me gusta cuando llueve y es domingo porque me dan ganas de escribir.
Me doy cuenta de que la escritura abre esa puerta, esa conexión con lo divino, una conexión con el universo, con las cosas que son.
Considero escribir mi práctica espiritual.
Es por eso que siempre digo, escribir me hace pensar, y pensar me hace escribir, y hay una circularidad en eso:
A medida que te sumerges más profundamente en la escritura, se abre una sabiduría interior. Aprendes de lo que piensas; aprendes de ti.
Te das cuenta que ni siquiera sabías en qué estabas pensando.
II. LA PREGUNTA DE SIEMPRE
Hace cuatro semanas viajé a Colombia por trabajo para quedarme tres semanas que se convirtieron en cinco.
Cuando estoy en Medellín trato de ver a todos “mis amares”.
Es decir, mi patrimonio afectivo que incluye familia; amigas y amigos con quienes resueno profundo en el presente, lugares de la ciudad en los que disfruto pasar el rato y por supuesto, al bosque y la montaña.
Cada vez que me cruzo con conocidos me preguntan “¿hace cuánto llegaste?, ¿cuándo te vas?”.
Preguntas casuales, de esas que uno hace solo para generar conversación, y yo no sé ni qué decir.
La pregunta me bloquea.
Me incomoda.
Se me olvidan las fechas.
El mapa geográfico pierde sus bordes, el océano se convierte en una gran avenida que me toca cruzar para ir a casa y volver a casa; y ya no sé ni cuándo fue la última vez que me fui, que vine, que volví o que me quedé.
Y es que es tan difícil explicar que llevo cinco años viviendo una “doble vida” porque me siento arraigada a dos lugares a la vez. Y en cada uno de ellos, soy tan distinta, casi opuesta aunque siga siendo yo.
III. UNA PELI
El otro día me vi Bardo del director Alejandro González Iñárritu. Mi tipo de película. No diría que la recomiendo porque con el cine puedo llegar a ser un poquito snob y “para gustos… los colores”.
En fin, yo la amé.
La peli es acerca del viaje emocional de un personaje que flota entre recuerdos líquidos y una crisis de identidad. “El fracaso del éxito”, la autoburla como medicina para el dolor de aquello que no podemos controlar, el miedo y la culpa como pan de cada día en la vida del ser humano y la belleza de lo que no tiene sentido.
La historia jamás propone un hilo conductor, es como un sueño de esos que se nos dificulta contar y del cual solo nos queda esa sensación con la que despertamos.
En medio del colapso; Silverio, el personaje principal, se da cuenta de ya no le queda mucho tiempo por delante. Que si mira hacia atrás, ha vivido más que lo que le queda por vivir.
Sin embargo, hay algo que ha valido la pena: su persistencia de haber puesto la creatividad en el centro de todo.
Bardo, también me hizo recordar La danza de la realidad de Alejandro Jodorowsky. Otra peli bellísima.
IV. LA CREATIVIDAD LIMINAL
La palabra Bardo (como el título de la peli de la que te acabo de hablar) en budismo, se refiere al entre-estado que hay entre la muerte y el renacimiento.
La liminalidad (del latín līmen , “umbral”) es la ambigüedad que emerge en medio de una transición fundamental. La liminalidad es el "intermedio", donde ya no conservamos nuestro estado anterior, pero aún no nos hemos transformado por completo en el “yo posterior”.
Renunciar a un trabajo
Asumir un nuevo desafío
Transitar el duelo de un pérdida
Prepararse para lanzar un proyecto
Decidir formar una familia o decidir divorciarse
Mudarse a un nuevo país
Vivir una revolución social o un cambio de paradigma: los flujos caóticos del mundo nos obligan a todos a caminar a través de espacios liminales en un momento u otro durante nuestra vida.
De manera similar, la vida como aventura creativa, requiere acomodarse en la incomodidad.
Algunos de los puntos de inflexión más importantes de nuestra historia suceden en los espacios liminales, incómodos pero liberadores porque somos libres de expresar lo que estamos siendo.
Por eso, te dejo algunos principios para abrazar la creatividad en medio del caos:
Explora los bordes. En ecología, el término efecto de borde se refiere a un lugar donde un hábitat está cambiando, donde un pantano se convierte en un estanque o un bosque se convierte en un campo. Estos lugares tienden a ser ricos en formas de vida y estrategias de supervivencia.
De manera similar, la creatividad liminal ocurre donde los espacios de pensamiento se superponen, como la encrucijada entre la ciencia y la espiritualidad, el arte y la tecnología, la moda y la política, la historia y el futurismo. Así que ¿Cuáles son las cosas que te interesan? ¿Cómo las puedes combinar?Atención & flow. Cuando todo lo que te rodea está cambiando y evolucionando, debes aceptar que en medio de la transición lo único sobre lo que tienes autoridad es tu atención.
Deja que el mundo en constante cambio alimente tu inspiración sin convertirse en una distracción. Pregúntate: ¿dónde quiero canalizar mi energía creativa? Luego, concéntrese en la tarea mientras dejas ir la ilusión de control.Querido miedo. La incertidumbre da miedo. Miedo al fracaso. Miedo al juicio. Está profundamente codificado en nuestra cognición. Pero el miedo es una fuente preciosa de información. ¿De qué riesgos intentas protegerme cerebro? ¿Cómo se pueden mitigar esos riesgos mientras me permito este crecimiento personal?
La creatividad liminal requiere coraje para explorar tus miedos en lugar de ignorarlos. Conversa con tu miedo. Apóyate con terapia, por ejemplo.Crea rituales liminales. Por la mañana, antes de que todo el mundo se despierte, en la noche antes de apagar la luz. Utiliza estos espacios liminales para crear sus propios rituales, ya sea escribiendo en un diario, meditando o haciendo yoga o ejercicio. Aprovecha esos momentos intermedios para expresar tu creatividad con cuerpo y mente. Basta de que las reglas sociales que definan la estructura de tu agenda habitual.
Reinvéntate. Los cambios, nos cambian. Regla liminal por excelencia. ¿Qué mejor expresión de creatividad liminal que reinventarse? Reimagina quién eres. Somos un evento narrativo, cuando nuestra historia de vida se altera o se redirige de alguna manera, nos obliga a revisar nuestra identidad preexistente y modificarla para nuestra vida en el futuro. Aprende algo nuevo. Toma un riesgo. Reimagina tu identidad. Vive todas tus vidas.
Acepta las transiciones lentas. Tendemos a romantizar los "grandes saltos", en los que pasamos rápidamente de un estado claro a otro. Las redes sociales (y el cine, claro) nos han llenado de figuras heroicas que dan saltos cuánticos que les llevan al éxito. Pero pasar tiempo en lo incierto deja más espacio para la experimentación, para que podamos descubrir qué funciona y qué no: En lugar de renunciar hoy al trabajo para iniciar un negocio, trabaja en algunos proyectos paralelos. En lugar de empacar tus cosas para mudarte a otro país, viaja. En lugar de saltar a otra relación, explora los beneficios de la soltería. Tómate tu tiempo para recopilar información que contribuya a una decisión informada.
Documenta el cambio. Las transformaciones más interesantes ocurren en espacios liminales, pero es fácil que tu nuevo yo olvide de dónde vienes y los detalles de tu viaje. Dice Salman Rushdie: “Nunca olvides que la escritura es lo más cerca que estamos de tener un control sobre las mil y una cosas —la infancia, las certezas, las ciudades, las dudas, los sueños, los instantes, las frases, los padres, los amores— que continúan. deslizándose, como arena, entre nuestros dedos”. Ya sea a través de palabras o imágenes, en público o en privado, tómate el tiempo para capturar tu propia historia.
V. VIVIR COMO SI…
Después de ver Bardo, y mientras escribo esto, pienso que con suerte, me queda por delante la mitad de la vida; que en la vida -al igual que en esta película- no hay certezas.
Y que si hay una época firme y fértil para poder caminar hacia nuestros llamados y dones, y ponerlos al servicio; es esta.
He estado dando vueltas a una idea luminosa y es que todos y todas estamos llamadas a "vivir como si” la posibilidad a la que aspiramos ya estuviese presente y nuestro trabajo es hacerlo más visible, más vívido, más cercano a la vida cotidiana.
Estoy traduciendo esta práctica de vida, esta disciplina creativa (y espiritual), a este nuevo ciclo de Y&E.
Quiero profundicemos en el bienestar personal:
La creatividad liminal o como forma de autoapoyo
La autoconfianza en el poder creativo
La consciencia de los autobloqueos para transitarlos mejor
La reconciliación con el cuerpo al servicio del impulso creativo
El compromiso compasivo
Si algo he aprendido durante estos 8 años como estudiante y facilitadora es que
el proceso creativo es un pacto que hacemos con la vida para siempre y que,
aunque a veces elijamos ignorarlo;
incluso por largas temporadas,
incluso hasta enfermar, o dejar de cuidarnos;
este pacto creativo está en una renovación cotidiana
en nuestro cuerpo,
mente y emociones.
Si quieres reconectar con ese pacto, aquí va la invitación:
Que hermosa Caro. Te sigo desde Salta, al norte de Argentina.
Mientras hago una pausa en mi día, me tomo un matecito y el celu se transformó en un portal de bienestar leyendote en este artículo.
Cariños desde aquí.
Flor